LEYENDA: LA NIÑA MARGARITA
(QUERECOTILLO)
Cuando los hombres de Francisco Pizarro estuvieron
de paso por Poechos, muchos de ellos quedaron maravillados de estas tierras. En
aquellos tiempos era costumbre repartir grandes extensiones de terrenos a
los hombres que habían contribuido de una forma u otra a que la empresa del
conquistador fuera un éxito. Es así, como con el devenir del tiempo y en los
albores de la Colonia, los lugares conocidos hoy como
"La Margarita, El Empreñadero y la
"Horca", (Querecotillo) entraron a formar parte de
las posesiones de un rico terrateniente.
Este hombre tenía una hermosísima hija
llamada Margarita, de escasos dieciocho años, criada y educada en un
colegio de señoritas dirigido por religiosas en España. Margarita dueña de una
belleza sin igual, solamente comparada con la hermosura de una
"Capullana", había llegado a la tierra que la vio nacer ,
gracias al llamado que le hiciera su padre, debido a que este,
presintiendo su muerte quería que antes que se produjera el
fatal desenlace, casarla con su joven sobrino de rancia aristocracia y alta
alcurnia ,asegurando así, que su futura descendencia sería de ilustre linaje y
noble cuna.
Más el hombre propone y Dios dispone, y escrito
estaba que esto no sucedería, pues al llegar la niña Margarita -como le llamaba
la servidumbre-, se encuentra con su antiguo compañero de juegos, el hijo del
capataz, Francisco, muchacho fuerte, dos años mayor que ella, de porte
atlético, aspecto saludable , expresión bondadosa, tez morena curtida por el
sol ardiente, ojos color ámbar y pelos lacios un poco
desgreñados. Este encuentro tuvo como escenario el ancho ventanal
de la casa donde juntos recordaron las travesuras infantiles, renaciendo
en ellos el amor que germinó en sus primeros años. El lugar que hoy se conoce
con el nombre de la "La Margarita", sirvió de marco a este amor
sublime que llegó a concretarse en un nuevo ser.
Hasta que llegó lo inevitable. El padre
al enterarse de estos amoríos, encolerizado y herido en lo más profundo de su
orgullo y linaje, decretó la horca para el muchacho. Margarita se
enteró de sus siniestros planes y huye a avisar al dueño de su
corazón, pero ya era demasiado tarde ¡ Todo se había consumado!. Ella llena de
dolor sólo atina a correr al lugar que fue testigo mudo de su amor y deja caer
su cuerpo exánime para no volver a levantarse jamás.
El padre abrumado por la desgracia ocurrida,
en pago a su soberbia abandona sus inmensas tierras y nunca más se vuelve a
saber de él.
Desde entonces, el lugar donde la niña Margarita
conoció el amor y solía deleitarse con la belleza de sus paisajes , se le
conoce como “La Margarita”, donde concibió un nuevo ser al que llamaron” El
Empreñadero “ (hoy Santa Cruz) y
el lugar en donde se ahorcó a Francisco se le
denomina “La Horca”. Este es el origen de los caseríos que llevan hoy tales
nombres, en recuerdo a personajes y sucesos de otros tiempos.
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