jueves, 1 de junio de 2017

QUERECOTILLO Y EL CHIVO MAROMERO

EL CIRCO Y EL CHIVO MAROMERO

Rompiendo la monotonía de una cálida mañana en el tranquilo y pacífico pueblo de Querecotillo,  hacia su ingreso un camión cargado de carpas, asientos desarmados, animales, payasos aquella época, cuya propaganda  conocida desde días atrás, había despertado el interés de los pobladores quienes estaban impacientes por verlo actuar en la Feria de Febrero.
            Recorrió todo el circo haciendo anunciar por las calles el circo ruso, al compás de una marcha entonada de cuatro músicos de la compañía en la parte más alta del carro un payaso que bailaba y hacía gestos graciosos. Mientras por otro lado un malabarista y saltarín chivo, con sus saltos acrobáticos deliraba al público era en número de atracción artística y principal del circo. Tomó tiempo para armar la pequeña y raída carpa, aunque para los parroquianos era larga la espera. Llegado el momento, la gente comenzó a dejar sus hogares y aglomerarse junto a la boletería y la puerta pugnando ingresar entre los primeros y colocarse en las mejores localidades.
            Comenzó la función deleitando en realidad a todos aplaudiendo con  entusiasmo al término de cada uno de los  números y quedando maravillados de la ya anunciadas y ponderadas hazañas del “chivo maromero”. Pasó la algarabía de la artística noche y vino el nuevo el día de trabajo y quehaceres comentando de paso la magnifica función y desempeño de cada uno de los artísticas mientras tanto en el circo afanábanse por dar con el paradero del famoso chivo maromero que había anochecido y no amanecido.
            Puesta la denuncia en la comisaría y siguiendo el hilo de la investigación y llegó la casa de don Pablo Sarango donde un grupo de parranderos y trasnochadores, amigos de vagos, se divertían y celebraban los chistes del anfitrión de la fiesta que gritaba a viva voz “¡salta chivito, salta no más!” “¡Brinca más alto!” “¡Brinca otra vez!” “¡has tu maromas!” “las últimas mientras con un filudo cuchillo y un endeble tenedor cortaban las humantes presas de un sabrosísimo seco de cabrito” preparado para establecer la amanecida.
            Para esta comilona el anfitrión que celebraba su onomástico mando a invitar a su jefe el empresario y a los artistas del circo quienes gustosamente lo aceptaron la invitación enseguida fueron al festín entonces él las hizo servir sendos platos del tradicional seco de cabrito que lo comían apeteciblemente y asentaban con un exquisito y espumoso claro, exclamaban que rico está el seco de cabrito sin saber que cabrito estaban comiendo, el cuero fue cambiado por una botella de anisado de primera para seguir vivando. La noticia de la comilona  fue denunciada por los muchachos por todos los ámbitos del pueblo en venganza que se adeudaba muchos meses de sus sueldo saco el chivo maromero entre gallos para celebrar su cumpleaños con don Pablo  Sarango, puesto que el trabajaba de portero en el circo indignado el empresario por la desaparición del chivo, levó carpas y se alejo del Pueblo no sin antes gritar coléricamente “QUERECOTILLANOS COME CHIVO MAROMERO” pero una vivandera forastera  que tenía su puesto en la plaza de armas instante en un estentóreo grito y exclamó ¡Gua!, ¡Guaaa!, casi todos los artistas y el empresario han comido “CHIVO MAROMERO EN LA PICANTERÍA DE DON PABLO SARANGO”. El empresario miente, diciendo “querecotillanos chivos maromeros” ¡Avemaría!  ¡Taitita! Señorcito  de Chocán!, 
POR ESO PAISANO TE DIGO:
CALLA, CALLA, JALA, JALA, COME CHIVO MAROMERO.




 EL CHIVO MAROMERO
EL CHIVO MAROMERO
EL CHIVO MAROMERO
EL CHIVO MAROMERO
EL CHIVO MAROMERO
EL CHIVO MAROMERO
EL CHIVO MAROMERO



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